domingo, 3 de abril de 2011

Un libro:" Cementerio de Animales" de Fernando Arrabal


El Cementerio de Automóviles" es una obra cruda, poética y violenta. Escrita en 1959 por Fernando Arrabal, este montaje es un delirante retrato de una sociedad residual, en donde un grupo de personajes vive en automóviles abandonados, cual si vivieran entre los huesos de una modernidad en continua descomposición. Se divorcia de cualquier tipo de sistema de valores y se priva de toda comunicación significante, condenados a una penosa convivencia, reaccionando con hostilidad y violencia.
El espectador debe experimentar esa violencia a través del teatro, una violencia del sacrificio humano. La obra nos enfrenta a los escombros del orden social: coches deshechos, arreglados como casitas que proporcionan un albergue temporal a los huéspedes, que disfrutan del refugio negado al pobre. Los personajes viven sólo para las funciones básicas de la vida, y sin predicar más que quejas y reclamos a sus sirvientes. Sus casas, los automóviles, son una metáfora de una civilización de máximo consumo, que acaba siendo una sociedad residual. El hombre en este contexto, pierde dos cosas: la naturaleza y la cultura. Se conduce de nuevo al hombre a la caverna, en los dos sentido, tanto la de Platón, como las cavernas primitivas, en este caso, los automóviles.
En el corazón oxidado de la civilización, los miembros de la comunidad, incapaces de la interacción directa con sus semejantes, se aferran a rutinas mecánicas. Es la estratificación social la que dicta ejercicios de servidumbre.
Los personajes corren ciegamente empujándose a laberintos de deberes que acaban por estrellarse contra las barreras físicas, lingüísticas y sociales de la vida.
Esta obra no sólo plantea un problema que hay que resolver, sino que el rito, el sacrificio y el drama tienen propiedades purgativas que sólo el teatro puede ofrecer





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